La Comisión Multidisciplinario para la Prevención de Infecciones Oculares del Consejo Argentino de Oftalmología (CAO) coronó el arduo trabajo realizado tras la aparición del COVID con su primera publicación internacional en la prestigiosa revista médica Clinical Ophthalmology.
En la última edición de la revista MO repasaron junto al Dr. Juan Pablo Salica los pormenores que atravesaron para concretar este desafío:
Te dejamos a continuación la nota, y al final, el link para acceder a la revista, en la página 30:
Broche académico
La Comisión Multidisciplinaria para la Prevención de Infecciones Oculares del Consejo Argentino de Oftalmología (CAO) coronó el arduo trabajo realizado tras la aparición del SARS-CoV-2 con su primera publicación internacional en la prestigiosa revista médica de oftalmología revisada por pares, Clinical Ophthalmology. Repasamos junto al doctor Juan Pablo Salica los pormenores que atravesaron para concretar este desafío.
En 2015, el CAO constituyó la Comisión Multidisciplinaria para la Prevención de Infecciones Oculares del CAO con el objetivo de brindar recomendaciones de alto nivel científico a toda la comunidad oftalmológica local y regional. Conformada por un gran número de profesionales de distintas áreas del conocimiento médico y científico, desde fines de 2019 profundizó sus investigaciones, motivó el intercambio de conocimientos e información entre profesionales de distintas áreas y se nutrió de las experiencias compartidas por oftalmólogos de distintos países donde la enfermedad estaba en fases más avanzadas.
El grupo trabajó arduamente en la producción de valiosas recomendaciones para la gestión segura de pacientes y el cuidado de los demás actores de la salud visual. Fueron cerca de 50 documentos que -integrados y optimizados- ofrecieron las pautas para una vuelta segura a la actividad oftalmológica.
Con todo ese bagaje de conocimiento e información, y motivados por el agradecimiento de sus colegas, decidieron ir por más y encararon una revisión del material producido con un objetivo: lograr su publicación en una revista internacional. “Fue una manera de encauzar de forma productiva el conocimiento que adquirimos sobre el terna. Un broche académico para todo el gran esfuerzo realizado” resume el doctor Salica, integrante de la Comisión y coordinador de los autores.
Bajo el título, «Un año de vivir peligrosamente: desafíos y recomendaciones para realizar cirugía oftálmica de manera segura durante la pandemia de COVID-19, de principio a fin» el resumen publicado recorre lo aprendido a lo largo del primer año de la pandemia, resalta las medidas de higiene y bioseguridad que deberán permanecer en la atención diaria de pacientes y que contribuirá al bagaje general para enfrentar futuras pandemias.
Entre los principales aportes de este trabajo se destacan la descripción de las afecciones oculares ocasionadas por SARS-CoV-2 que se conocían hasta el momento de la publicación, el establecimiento de criterios para fundamentar una indicación quirúrgica, el ofrecimiento de consejos quirúrgicos para médicos oftalmólogos y el establecimiento de un circuito de cuidado bioseguro destinado al paciente, al personal de salud y administrativo.
MO- ¿Cómo fue el proceso?
JPS- Tomada la decisión de encarar el desafío, junté el equipo: algunos profesionales con los que habíamos trabajado en el CAO, otros con los que habitualmente escribimos (la biotecnóloga Dra. Constanza Potilinski y el Dr. Juan Gallo), un entusiasta estudiante de medicina (Ignacio Navarro), una infectóloga amiga (Dra. Marca Querci) y un referente internacional con el que queríamos concretar un trabajo juntos, el Dr. Roberto Pineda II (especialista en córnea del Mass Eye and Ear / Harvard Medical School).
Teníamos un buen equipo, confeccionamos un buen documento y apuntamos muy alto:
a una de las tres revistas más importantes de oftalmología. Pero tuvimos que reducir ese contenido, situación que no tiene que suceder: primero se elige la revista y luego armás tu manuscrito. Fue una gran pena ver que teníamos que amputarle partes muy interesantes al trabajo, que nos había costado armar e investigar, con el fin de poder entrar.
Finalmente logramos el ok del editor. Les gustó, pasamos las primeras barreras. Tuvieron el trabajo en revisión un mes que, para esos días, era una eternidad. Finalmente, los revisores no fueron concluyentes y eso fue una gran decepción. Estábamos de capa caída, porque teníamos que volver a revisar todo el tema nuevamente. Era una vorágine pensar enfrentar nuevamente tantas publicaciones que surgían día a día en PubMed.
MO- ¿Cómo lograron sortear esa traba?
JPS- Allí surgió el Dr Juan Gallo, con la calma de los grandes, de un DT que dice: «ánimo, recalculemos, armemos nuevamente la estrategia de publicación». Nos propuso una nueva meta: publicar en una revista del primer cuartil del ranking de revistas SCImago, open source. Allí enfocamos nuestras energías, más tranquilos para verter en la revisión lo que habíamos aprendido a lo largo del primer año de la pandemia.
MO- ¿Qué factores fueron claves en esa instancia?
JPS- Aprendimos mucho de nuestro amigo, el Dr. Pineda era nuestro gran «filtro»: dedo para arriba, dedo para abajo. Nos ayudó en el hilo de la publicación, en alentamos en los momentos que pensábamos que no iba a funcionar y dio un excelente giro al título de la publicación.
Si bien el manuscrito fue escrito desde el principio en inglés, fue Carolina Salica quien nos ayudó con la correcta gramática y a expresar mejor las ideas. Muchas horas dedicadas ad-honorem para hacer brillantemente su trabajo.
El Dr. Marcelo Reyes colaboró es su área de Diagnóstico por Imágenes sin querer figurar como autor. Fue muy importante su colaboración, el diagnóstico de COVID-19 estaba bajo la lupa en los primeros meses de la pandemia. No se conocía el verdadero aporte de la placa de tórax y necesitábamos ser concluyentes para poder ayudar mejor en la toma de decisiones. El gran sostén de todo este trabajo fue mi familia que, en medio de una situación compleja, permitió gran dedicación y trabajo no remunerado, valorando y compartiendo la motivación de fondo. Mi esposa, Ana Vigil, que además de pilar emocional nos ayudó con los gráficos incluídos en el artículo.
MO- ¿Cuánto tiempo pasó entre la presentación del trabajo y la aprobación de los editores?
JPS- Pasaron unos 7 meses, en los cuales la perspectiva que íbamos teniendo también fue cambiando: iniciamos juntando muchas ideas para el día a día, hasta que lleguen las vacunas, desde la consulta inicial hasta los controles posquirúrgicos. Cerramos con resumir lo que aprendimos a lo largo del primer año de la pandemia, que podría ser aplicable para futuras pandemias. Lo habitual es tener dos revisores. ¡Nosotros tuvimos cinco! Llevó mucho tiempo poder convencer a cinco personas distintas acerca de cada sentencia que establecíamos en la publicación. Eso también volvió a demorar la revisión y nos obligó a tener que responder a cada revisor sus consultas.
MO- ¿Qué condimentos extras le sumó el tratar sobre un tema de salud mundial que paralelamente se iba descubriendo?
JPS- La sensación de que podíamos verdaderamente ayudar con una publicación que resumiera en un solo texto todo lo que se conocía acerca de la COVID-19 y oftalmología.
MO- ¿Qué trascendencia tuvo hasta ahora la publicación?
JPS- Superamos las 4000 lecturas del artículo. Es un buen número para el tipo de publicación que realizamos.
MO- ¿Cuál crees que fue el principal aporte de esta investigación?
JPS- Tener en un documento lo que necesita saber un oftalmólogo acerca de la bioseguridad en caso de pandemias virales. Un gran número de tips para aplicar en el consultorio, el quirófano, la sala de espera, contemplando al mismo tiempo el cuidado legal.
MO- ¿Qué tips destacarías?
JPS- Si tuviera que resumir en un solo punto, remarcaría que lo más importante a cuidar es la calidad del aire y la vía aérea, de allí la importancia de usar barbijos N95.
MO- ¿Qué le recomendarías a los colegas que aspiran a lograr una publicación internacional?
JPS- Fundamental, que no se desanimen. En general es muy difícil que a los profesionales del tercer mundo nos acepten publicaciones, por un sinfín de motivos. También el costo de publicar es muy elevado para nosotros. Deberíamos conseguir fondos para promover y facilitar estas actividades.Que cuando decidan hacerlo pidan ayuda, porque es una forma de asegurarse llegar más fácil al objetivo.
Definir la revista donde quieren apuntar siendo realista, pensando en lo que se tiene para contar y preparados para las trabas que se presenten en el camino. Y primordial: aprovechar el espacio que nos brinda la Revista OCE- Oftalmología Científica y Experimental y el acompañamiento de su panel de expertos que, sin duda, es un gran puntapié para iniciarse.
«Nada de esto hubiese sido posible sin la iniciativa y el empuje de la licenciada Julia Casale y el apoyo del Dr. Pablo Daponte, quienes en 2015 tuvieron la vislon y detectaron la necesidad de conformar un grupo multidisciplinario de expertos, para ayudar a los oftalmólogos en temas relacionados con la bioseguridad. Estamos muy agradecidos. Al igual que a la predisposición y capacidad de escucha del Dr. Juan Rivero que intercedió y coordinó esfuerzos para que pudiéramos presentar nuestros aportes ante el Comité Directivo del CAO».
- Salica JP, Potilinski C, Querci M, Navarro I, Rivero JS, Daponte P, Pineda Ll R, Gallo JE. A Year of Living Dangerously: Challenges and Recommendations for Safely Performing Ophthalmic Surgery During the COVID-19 Pandemic, from Start to Finish. Clin Ophthalmol. 2021 Jan 22;15:261-278. doi: 10.2147/OPTH.S283327. PMID: 33519188; PMCID: PMC7837588.
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33519188/
Link a la revista MO, ir a la pagina 30: https://issuu.com/caoarg/docs/mo_2021_02_final
