Ceguera de la nieve

Ceguera de la nieve

La ceguera de la nieve es una afección ocular aguda, evitable y reversible. Afecta principalmente a quienes se exponen al sol en entornos nevados sin la protección ocular adecuada.

El uso correcto de anteojos con filtro UV es la mejor forma de prevenirla, y un diagnóstico precoz permite una recuperación rápida y sin secuelas.

¿Qué es la ceguera de la nieve?

La ceguera de la nieve, conocida médicamente como fotoqueratitis, es una quemadura superficial de la córnea provocada por la sobreexposición a los rayos ultravioleta (UV), especialmente cuando estos se reflejan en superficies altamente reflectantes como la nieve, el hielo, el agua o incluso la arena. Esta condición, aunque temporal, puede ser extremadamente dolorosa y molesta.

¿Por qué ocurre?

La nieve fresca puede reflejar hasta el 80 % de la radiación UV solar, mucho más que otras superficies como la arena (15 %) o el agua (25 %). Este reflejo intenso, sumado a la exposición directa a gran altitud o en latitudes cercanas a los polos, multiplica el riesgo de sufrir esta afección ocular.

Síntomas

Los síntomas suelen aparecer algunas horas después de la exposición, e incluyen:

  • Dolor intenso o ardor en los ojos

  • Sensación de cuerpo extraño

  • Enrojecimiento y lagrimeo excesivo

  • Espasmos de los párpados

  • Sensibilidad extrema a la luz (fotofobia)

  • Visión borrosa o disminuida

¿Cómo se diagnostica?

Un oftalmólogo puede confirmar el diagnóstico utilizando una lámpara de hendidura y  fluoresceína, que revela pequeñas erosiones en la superficie corneal, típicas de esta condición.

Tratamiento

  • Reposo visual: se recomienda permanecer en lugares oscuros y evitar toda exposición a la luz.

  • Lágrimas artificiales sin conservantes para aliviar la sequedad.

  • Compresas frías sobre los ojos cerrados para disminuir la inflamación.

  • Analgésicos orales, si el dolor es muy intenso.

  • En casos más severos, puede indicarse el uso de gotas antiinflamatorias.

La recuperación suele producirse en un plazo de 24 a 72 horas, siempre que no haya una nueva exposición al sol.

Prevención

La prevención es fundamental, especialmente para quienes practican deportes de invierno o pasan tiempo al aire libre en zonas con nieve. Las principales recomendaciones son:

  1. Usar anteojos con protección 100 % contra rayos UVA y UVB (UV400).

  2. Elegir anteojos envolventes, que impidan la entrada de luz por los costados.

  3. Complementar con gorras o viseras que ayuden a reducir la incidencia directa de la luz.

  4. No confiarse en días nublados, ya que las nubes no bloquean completamente la radiación UV.



Fuente: AAO

Dr_JuanPablo_Salica_preteccion